Con treinta y siete años y una figura que no se ajusta a los cánones de la belleza, Christine tiene pocas esperanzas de encontrar al hombre con quien compartir su futuro. Lo que no sabe es que Dios ha vuelto a la tierra para entregarle unas simple reglas de vida, acordes con nuestro tiempo, que harán de ella una mujer distinta y libre. Aunque vista una chupa de cuero y cabalgue una Harley Davidson, en sus ojos se halla la sabiduría y en sus palabras sencillas descubrimos lo que siempre habíamos sospechado: el camino hacia la felicidad empieza y acaba en nosotros mismos.   

Estuve buscando otras opiniones sobre este libro las cuales... no encontré, así que tendrán que confiar plenamente en mi  (Guajajaja) 

Este la verdad que es un libro sencillo, suave ¿Saben? de esos que no te cuesta trabajo leer, y se los prometo Joan Brady, sabe como engancharte desde el primer capitulo. 

Empezamos con Christine, describiéndonos lo que es su vida monótona y aburrida y de regreso a Nueva Jersey. A sus treinta y siente años digamos que Christine no ha echo mas que lamentarse por todo en su vida, especialmente por no encontrar al hombre perfecto y asegurando que nunca lo haría. Y aunque mas de una vez tuvo a ese hombre, ella misma impedía que fuese algo mas allá de algo pasajero. La cosa se pone interesante cuando se reencuentra con Michel, un doctor guapo, inteligente y que en su tiempo de pasante de medicina  tuvo un romance muy apasionado con Christine, y por mas que ella nos asegurara que había sido inolvidable, el doctor le deja en claro que de sus encuentros nocturnos en la ambulancia ni se acuerda. Así que harta, cansada, decepcionada, Christine decide ir a un bar dispuesta a olvidar el error que ha sido en su vida. Culpándose por seguir una carrera que ya no le apasiona, mas bien le pesa y por estar soltera, pasada de peso y descuidada, pide un Absolut con soda, uno tras otro, hasta que siente una mirada a su espalda, da la vuelta pero no distingue al sujeto por la luz del bar, hasta que él camina lento, seguro y citando sus propias palabra, imponente. Con el cabello corto de en frente y largo de atrás, vistiendo una playera descolorida y una chaqueta de cuero, alto y claramente ejercitado. Christine queda atrapada en la mirada de aquel hombre. Lo sigue y caminando por la playa el misterioso hombre le confiesa que es Jesús (así  es Jesús de Nazaret)  y que ha venido para ayudarla. Y así Jesús, con un nuevo nombre mas "adoc" a la época Joe, invita a Christine a pasear en una Harley Davidson, mientras ella se pregunta ¿Como había empezado a sentirse tan insatisfecha de si misma?    

Y no les cuento más, porque nunca acabaría. El libro si tiene una secuela, se llama Dios en una Harley el regreso. Y aunque no lo he leído espero que este tan bueno como este. 

Sin más por decir la calificación que le doy es; 4

Los Dioses del Olimpo, aprueban esto. 

Díganme que les pareció ¿Leerían este libro?

Voky Medina.